No pudo empezar con mejor pie el Sevilla su comparecencia en la fase de grupos de la copa de la Uefa. A la capital hispalense llegaba un Stuttgart con fama de ‘coco’ que acabó derrotado en tan sólo quince minutos. Ese fue el tiempo que tardó el equipo de Jiménez en demostrar que la pegada del equipo no es sólo cuestión de los lesionados delanteros y que en esta plantilla cualquiera puede hacer gol. En este caso, el mejor Romaric desde que comenzó la temporada hizo el primero en un magistral lanzamiento de falta, mientras que el segundo lo hizo el esperado Renato que en el minuto 16 de encuentro cabeceaba dentro un buen centro de Konko. A partir de ahí, lo de siempre. El conjunto nervionense funcionó como una máquina sin apenas pasar apuros y manejando el tiempo del partido a sus anchas. Un tiro al palo de Gómez y un cabezazo fueron las únicas opciones de los alemanes. Los de Jiménez pudieron hacer algún gol más, pero tampoco forzaron la máquina en demasía. La mala noticia fue la lesión de Acosta, con lo que el Sevilla tiene a todos los delanteros de baja. A ver que ataque podemos presentar contra el Málaga.
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